miércoles, 22 de mayo de 2013

FACTORES QUE CONDICIONAN LA OBESIDAD


La obesidad es una compleja combinación de factores que actúan en muchas etapas durante toda la vida de una persona y es importante saber que aquellos niños que los presentan constituyen un grupo vulnerable en el que se hace imprescindible comenzar tempranamente con estrategias de prevención.
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v  Factores Genéticos: Clásicamente está establecido que si ambos padres son obesos el riesgo para la descendencia será de 69 a 80% cuando solo uno es obeso será de 40% y si ninguno es obeso será de 9 %. Esta eventualidad tiende a

Agregarse en familias, su forma de herencia no corresponde a los patrones conocidos.
Se ha demostrado, epigenetica, y microbiológicos pueden influir en el riesgo para la obesidad mediante la interacción.
v  Factores Ambientales: Constituido por sistemas de transporte, dependencia del automóvil y otros vehículos, la urbanización que mínima la necesidad de caminar.
v  Factores Alimentarios: Las poblaciones urbanas de diversos países se han modificado su régimen alimenticio a expensas del aumento en el consumo de grasas, azucares y de la disminución en el consumo de fibra. Los precios elevados de las frutas, vegetales frescos y de otros alimentos de alta calidad nutricional, los hacen inaccesibles para los grupos de ingresos más bajos.
Por su parte, la industria alimenticia favorece ese comportamiento al segmentar la oferta de mayor contenido en grasas, azucares y de baja calidad nutricional. Además estos alimentos se caracterizan por su alto poder de saciedad sabor agradable y bajo costo.
v  Actividad Física: El ejercicio no solo es un componente importante en la pérdida de peso en el corto plazo, como parece esencial el mantenimiento a largo plazo de un peso saludable. Por otra parte se asocia con un sentimiento de bienestar, aumenta la autoestima y tener efecto beneficioso sobre el control de otros factores de riesgo cardiovasculares, como la dislipidemia la diabetes y la hipertensión arterial.
v  Factores socioculturales: Existen dos visiones bastantes diferentes relacionadas a la obesidad. En las sociedades en vías de desarrollo el sobrepeso es como un signo de prestigio social y de riqueza. En las sociedades desarrolladas la obesidad es un estigma asumido que coloca una correlación negativa entre peso y satisfacción. 

RECOMENDACIONES


§  Realiza de cuatro a cinco comidas pequeñas por día, evita dejar períodos largos de ayuno (no exceder más de 4-6 horas entre comida y comida)  lo que te puede ayudar a sentir mayor saciedad.
§  La preparación de los alimentos es muy importante debes preferir los que vayan asados, al vapor, horneados y evita los fritos, capeados y empanizados.
§  Consume 5 porciones al día  de frutas y verduras las cuáles proporcionan vitaminas y fibra a la dieta lo que también ayuda a que sientas mayor saciedad.Toma en cuenta que no debes retirar la cáscara comestible de frutas y verduras.
§  Consume los cereales de manera integral (panes, cereales, pastas, arroz), también es una buena fuente de fibra.
§  Durante la semana puedes consumir carne roja 2 veces, pollo 3 veces  y pescado de 2 a 3 veces, en el caso del huevo no debes exceder un consumo de más de 3 veces por semana.
§  Evita el consumo frecuente de alimentos como chicharrón, carnitas, chorizo, embutidos, crema, mantequilla, manteca, quesos maduros, mayonesa, galletas, panes dulces, dulces, chocolates, azúcar, mermelada, cajeta, alcohol, ya que son alimentos que si los consumes en exceso pueden ser causa de incremento en el colesterol y triglicéridos en la sangre.
§  Debes preferir consumir lácteos bajos en grasa como leche Light, yogurt Light ó bajo en grasa, quesos frescos (panela).
§  Consume 2 litros de agua natural al día, trata de evitar los refrescos así como los jugos de fruta embotellados ya que contienen grandes cantidades de azúcar.
§  Realiza ejercicio 40 min. por lo menos 5 veces a la semana, busca un ejercicio que disfrutes hacer (bailar, nadas, correr, caminar, etc.)
§  Debes realizar un consumo equilibrado de proteínas (20 al 25 %), carbohidratos (55 al 60 %) y grasas (15 al 25 %).
Estas son algunas recomendaciones que puedes tomar en cuenta, sin embargo es importante  para llevar a cabo un plan de alimentación y bajar de peso de manera saludable consultes a un nutriólogo especialista para que te asesore al respecto y recuerda que lo mejor no es dejar de comer si no saber qué comer y en qué cantidad.

CONCLUCIONES SOBRE LA OBESIDAD


El aumento de la prevalencia de sobrepeso y obesidad son características de epidemia. La obesidad es el resultado de la conjunción de factores biológicos con genéticos y ambientales; así como de los estilos de vida, sobre todo la inactividad física, el sedentarismo creciente y el desequilibrio entre las necesidades energéticas y la dieta.
Es importante reconocer la tempranamente en el control pediátrico la excesiva ganancia de peso en relación al crecimiento líneas y realizar la educación de la familia guiando para el desarrollo de hábitos saludables perdurables (actividad física y comportamientos con la alimenticios).
En la alimentación prioriza la moderación y elección saludable sin patrones restrictivos. Promover la actividad física regular, familiar, escolar y comunitaria.
La dirección óptima es hacia la prevención combinando la dieta y actividad física, ya que una vez establecidos los hábitos poco saludables y el aumento de peso, es muy difícil revertirlo siendo su tratamiento complejo y poco exitoso.

FARMACOS TAMBIEN AYUDAN ALA OBESIDAD


Ingesta de fármacos.

Se ha demostrado que la utilización de diversos fármacos se asocian a la ganancia de peso en humanos, entre los que se destacan los psicotrópicos, especialmente los antidepresivos, anticonvulsionantes y antipsicóticos. También se observa con el uso de algunos antihipertensivos, diuréticos, antihistamínicos, hormonas y antidiabéticos (Valenzuela, 1996).

Antidepresivos. La ganancia de peso no sólo es atribuible a algunos de estos fármacos sino que también hay que considerar la predisposición genética del paciente, edad, sexo, patologías, etc. Entre los que son asociados a la ganancia de peso están los antidepresivos tricíclicos (amitriptilina e imipramina, principalmente), algunos inhibidores de la monoarninooxidasa (IMAO) pueden provocar hasta una ganancia de 0.4 a 4.1 Kg/ mes. Otros, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (fluoxetina y sertralina) son reconocidos anorexígenos y estimulantes del metabolismo basal. Es importante mencionar que no todos los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina poseen este efecto, por ejemplo la paroxetina tiende a promover la ganancia de peso, por aumento del apetito, sin embargo aún existen controversias.

Anticonvulsionantes. Los más reconocidos desencadenantes de la ganancia de peso son el ácido valproico así como la carbamazepina, los cuales son de uso común en el tratamiento de la epilepsia y de algunos trastornos siquiátricos.

Antipsicóticos. La mayoría de los fármacos antipsicóticos en mayor o menor grado promueven al aumento de peso, excepto la molindona y posiblemente la loxapina y pimozida.

Glucocorticoides. El uso de glucocorticoides se ha relacionado directamente con la ganancia de peso, así como con la redistribución de grasa corporal, asociado principalmente con el síndrome de Cushing.

Estrógenos. Burkman, R, 2001 señala el aumento de peso como una de las complicaciones comunes del uso de algunos contraceptivos orales así como de la inyeccción (Depo-Provera), aunque los mecanismos no son del todo claros.

TRATAMIENTOS DE LA OBESIDAD


Considerando todas las alteraciones que pueden desarrollarse en los niños obesos y el alarmante dato de que la obesidad infantil es un factor de riesgo para la obesidad en la vida adulta, resulta fundamental prevenirla y controlarla desde las primeras etapas de la vida. Debe tomarse en cuenta que el incremento del peso del niño debe ser paulatino; de lo contrario, se deberá buscar ayuda profesional; dependiendo de la gravedad del caso, deberá tomarse en cuenta la opinión de un médico, un nutriólogo y un psicólogo. Para ello, insistimos, se debe buscar fortalecer hábitos saludables que puedan ser adoptados por la familia, como balancear las comidas del día y establecer horarios de alimentación.
Se debe adquirir conciencia de que, además de los cambios en la alimentación, es indispensable incrementar la actividad física diaria, como hacer caminatas cotidianas de al menos media hora y beber un mínimo de dos litros de agua al día, porque no existe una dieta sin ejercicio.
La elevada tasa de obesidad en los niños y adultos es una realidad en nuestro país, ante la que ya no podemos cerrar los ojos. Pero la solución se encuentra cuando cada uno de nosotros haga conciencia y adquiera hábitos de vida saludables

martes, 21 de mayo de 2013

CAUSAS DE LA OBESIDAD


¿Cuál es la causa de la creciente obesidad a edades tempranas? Se trata de una patología de carácter multifactorial; así, la obesidad infantil parece vincularse con un grupo heterogéneo de condiciones que interactúan entre sí; es decir, se necesita una predisposición genética y circunstancias ambientales y socioeconómicas para su aparición. La herencia, como ya se mencionó, es un factor de vulnerabilidad para el desarrollo de la obesidad en la infancia, pero esta generalmente se encuentra influida por un mayor aporte calórico y la disminución del gasto energético.
Además de estos factores, son de gran importancia las conductas familiares, como por ejemplo la conducta alimentaria en la mesa familiar, el dedicado a la televisión y la actividad física que los niños observan en sus padres. Generalmente, el niño obeso tiende a subvalorar su consumo energético debido a hábitos alimentarios inadecuados, adquiridos a temprana edad y que persistirán durante la edad adulta, prefiriendo alimentos ricos en grasas y azúcares simples. Además, el gasto energético tiende a ser menor en los niños con obesidad; una razón que explica esta inactividad es el mayor tiempo que los niños destinan a los juegos computarizados y a la televisión, lo que resulta sumamente perjudicial.
Algunas prácticas defectuosas de los padres, tales como suprimir tempranamente la lactancia, uso de fórmulas lácteas con elevada densidad calórica, interpretar siempre el llanto del niño como señal de hambre, forzar al niño a vaciar el biberón sin respetar su apetito, introducir tempranamente alimentos sólidos, usar indiscriminadamente alimentos industrializados de alto contenido energético y no cuidar el adecuado balance dietético, también contribuyen a la obesidad temprana. Además, se deben evitar conceptos erróneos, como “el niño gordo es un niño sano y saludable” o “cuando comience a caminar adelgaza”, porque restan importancia a los cambios en la alimentación, tan necesarios para prevenir la obesidad.
También pueden contribuir a la obesidad otros factores, como ser hijo único o sobreprotegido, los conflictos familiares, la separación de los padres o el fallecimiento de alguno de ellos, los cambios de colegio o de vivienda, que implican modificaciones en los ámbitos sociales y en los hábitos de alimentación. En los niños obesos se han observado diferentes trastornos, como ansiedad, culpa, depresión y frustración que conducen a su aislamiento, con el consecuente aumento en la ingesta alimentaria como fenómeno de autogratificación compensatoria.
El retraso en el diagnóstico se debe frecuentemente a la idea de que la obesidad en los niños se asocia a pocos factores de riesgo de morbilidad, pero esta idea debe modificarse, ya que actualmente se han encontrado alteraciones directamente proporcionales al grado de sobrepeso del niño, similares a las descritas en el adulto.
El sobrepeso modifica la carga esquelética-articular en los individuos que se hallan en fase de crecimiento, así como la postura, por lo que posiblemente ocurran alteraciones ortopédicas. También puede haber un aumento en el gasto cardiaco y la tensión arterial por un aumento del volumen ventilatorio residual, así como un incremento en el trabajo ventilatorio, que al propiciar una mala oxigenación repercute en la capacidad intelectual y el rendimiento escolar. Entre las alteraciones endócrinas más importantes se encuentran las alteraciones en el metabolismo de carbohidratos, por lo que puede desarrollarse diabetes insulinodependiente, así como el incremento en la liberación de la hormona del crecimiento y la disminución de la globulina transportadora de esteroides sexuales, lo que puede favorecer la presencia de hirsutismo, acné y acantosis nigricans.
Otras alteraciones asociadas a la obesidad que pueden aparecer a temprana edad son el incremento en la producción y concentración de colesterol y la mayor probabilidad de sufrir ateroesclerosis y sucesos vasculares coronarios, además de la autoperpetuación del tejido adiposo, pues cuanto mayor sea la cantidad de tejido adiposo, mayor será también el número de factores neuroendocrinos producidos por este que facilitarán una mayor producción de adipocitos maduros y una mayor capacidad de almacenamiento de grasa. Así, entre 40 y 70% de los niños que padecen obesidad continuarán siendo obesos el resto de sus vidas, lo que los convertirá en individuos con gran riesgo potencial para padecer enfermedades crónicas no transmisibles, consideradas como las primeras causas de mortalidad del país.

LA OBESIDAD COMO PROBLEMA


La obesidad constituye un problema de salud pública que se ha calificado como la “epidemia del siglo”, a la que se ha destinado una gran cantidad de recursos económicos y humanos para su manejo, control y prevención. De acuerdo con datos de la OMS, hace diez años había en el mundo un aproximado de 330 millones de adultos obesos; en 2005 alcanzó los 400 millones de personas, y se calcula que para el año 2015 habrá por lo menos 2,300 millones de individuos con sobrepeso y más de 700 millones con obesidad.
Este problema se relacionaba anteriormente con los países industrializados, pero el sobrepeso y la obesidad han aumentando notablemente en los países en vías de desarrollo, principalmente en el medio urbano. En México, es la enfermedad metabólica más frecuente. Considerado como el país con más obesos en el mundo, aumentó su prevalencia de 59.7% en 2000 a 66.7% en 2006, constituyéndose en un riesgo clave para el desarrollo de las patologías que ocupan los primeros lugares en morbilidad y mortalidad. Los riesgos de la obsesidad se relacionan a una elevada propensión a padecer enfermedades crónicas, tales como diabetes mellitus, hipertensión arterial y alteraciones pulmonares y cardiovasculares, siendo también un elevado factor de riesgo para desarrollar varios tipos de cáncer. También afecta la esfera psicológica del individuo al disminuir la autoestima de quien la padece y afectar sus relaciones sociales.
Es, pues, evidente la magnitud de este problema, y la situación se torna aún más preocupante debido a que la obesidad no discrimina, pues afecta a cualquier individuo sin considerar su edad, sexo, raza o nivel socioeconómico. Es por ello que la población infantil, al sufrir un constante cambio en los estilos de vida asociados a la urbanización, la variabilidad en la economía y el desarrollo tecnológico, se ha visto afectada, por lo que ha habido un consecuente incremento de casos de niños obesos.
En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006, el porcentaje de niños obesos en edad escolar se estimó en 26% en ambos sexos: 26.8% en los niños y 25.9% en las niñas, lo que representa más de 4 millones. En 1999, usando el mismo criterio, tales porcentajes fueron de 18.6% (20.2% en niñas y 17% en niños), lo que significó un incremento altamente significativo en solo siete años. En el estado de Veracruz, una cuarta parte de los niños y niñas en edad escolar y un tercio de los adolescentes sufren algún grado de obesidad.